(1977) EL HUÉSPED INVISIBLE

Al final de la sala había una biblioteca hecha de una manera muy particular, piezas de ladrillos con unas tablas de pino sobre ellos. Y muchísimos libros. La sala tenía alfombra, también recuerdo el comedor, un baúl que hacía de mesa para el televisor, una puerta inmensa de vidrio que llevaba al balcón y el seguro que tenía era un palo de escoba que se ponía en las noches para que no se pudiera abrir, vivíamos en un primer piso.

Los muebles de la sala eran de la época, para mí muy grandes, y él estaba allí, acostado boca abajo con un libro en el suelo. Era tan grande que sobresalían sus pies del sofá. Esa imagen para mí era normal, quizás antes, pero era increíble que podíamos estar jugando, viendo la televisión y su concentración no se perturbaba en nada, era admirable.

Cuando se levantaba me parecía increíble que fuese tan alto y yo soñaba tener su altura. Cuando me veía sentía que para él yo existía. Como era la más pequeña de la casa y hablaba muy mal era siempre el centro de juegos para ellos.

Luego de la cocina estaba un pasillo, el lavandero y había un cuarto, a mí no me gustaba ir allí, no sé cuántos años tenía yo, quizás 4 o 5 añitos, me parecía un camino larguísimo y me daba miedo.

Cuando no lo veía a él, estaba segura de que se encontraba en ese cuarto de atrás, cómo lo llamábamos, al final de la cocina porque allí siempre ellos  estaban creando cosas insólitas. Todas las cosas que hacían mis hermanos eran impresionantes. Claro luego supe que él solo venía de visita y por eso lo veía de vez en cuando.

Mi madre cambiaba de ánimo cuando estábamos los cincos con ella porque su felicidad me la transmitía como una corriente directamente a mi corazón.

Un día fuimos todos a un terreno, en esa época vacío, actualmente hay unos edificios inmensos, a volar un avión creado por ellos con un control remoto!!!. Yo sentía que no podía ver algo más increíble. Estaba en la familia perfecta en el lugar perfecto.