09 Abr (2001) INCONDICIONAL
Me levanté y sentí un dolor en el cuello, acabábamos de mudarnos a Valle de la Pascua y acomodando las cosas seguro hice alguna fuerza extrema, pero pensé que solo era que dormí mal, era finales de 2001.
Pasaron semanas hasta que llegó un momento que el dolor era insoportable, me fui a Caracas a ver un médico y allí estabas tú, incondicionalmente me hospedaste en tu casa, como aquella vez que sin más me desmayé y corriste también a buscar una respuesta y saber que estaba todo bien con mi salud.
Sentirte a mi lado me da una seguridad inmensa y saber que tienes una respuesta a todo, así no sea lo que uno quiera escuchar, me da tranquilidad.
De esa vez en concreto recuerdo cada consulta médica, te dedicaste a buscar el mejor médico y allí estabas vigilando que me sintiera bien y confiada de todo. Hubo momentos que me daba vergüenza ser tu hermana por todo tu apoyo y toda tu inteligencia, imposible que yo pudiera tener un gen relacionado contigo y aún lo siento.
Cómo te puedo compensar con tanto y cómo puedo darte un poquito de lo que he recibido de ti.
Hay momento que se me dificulta entenderte porque normalmente dices las cosas de una manera muy particular y lo que sucede es que el mundo no está preparado para la cruda verdad.
Solo saber que en muy pocas ocasiones he podido tener la razón en alguna discusión contigo, me hecho sentir casi como recibir un premio NOBEL, pero con el tiempo me di cuenta de que no era necesario competir o sentirme más o menos que tú, solo el tenerte a mi lado y que ambos sintiéramos un amor incondicional, solo eso me da una fuerza increíble para poder con cualquier muro que se me presente en la vida.
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