15 Abr (1980) LAS CASITAS
Justo después de la sala se encontraban dos cuartos y el baño. El de la izquierda era donde dormíamos mi madre, mi hermana y yo, había solo dos camas de formica blanca con dos gavetas en cada una de ellas, donde guardábamos nuestra ropa de doblar, el suelo era de granito y siempre estaba impecable y brillante.
Había una ventada que daba a la calle y una cortina que combinaba con nuestra lencería de cama muy rosado todo, había un nuevo escritorio que mi madre había mandado hacer, como un nuevo lugar para los deberes, y lo ubicó justo en la ventana. Ya estábamos creciendo y necesitamos un espacio para estudiar
Mi madre todas las noches extendía un mantón en medio de las dos camas y dormía en el suelo, ellas nos decían que era por la columna, aun no se si era cierto. Yo me colaba en su espacio, de vez en cuando para dormir con ella.
El uniforme del colegio cambió y debíamos usar una falda azul marino de pliegues y camisa blanca. Allí comenzó una nueva rutina para que los pliegues de la falda siempre estuvieran perfectos, mi madre nos acostumbró a poner las faldas debajo del colchón cada vez que llegábamos del colegio y así se mantenía perfectamente planchadas.
Teníamos una colección de juegos FhisherPrice que se conservaban en sus cajas originales y todos con sus piezas completas. Se ponían en una repisa blanca que reposaba en la pared, recuerdo cuando se instaló, tenía una forma bien extraña, pero en ella cabían perfectamente todas las cajas.
Cada juego tenía su nombre, en algunos casos era el original del juego y en otros nos lo inventábamos, estaba la casa “A” que era un chalé, estaba la que le decíamos la casa “B” que era una casa de dos plantas, estaba “La Villa” que era un centro comercial y también había otros, pero estas tres eran mis favoritas.
Era nuestro derecho jugar y hacerlo en cualquier parte de la sala sin restricción, pero era nuestro deber recoger y organizar todo al finalizar, quizá muchas personas juzguen esta norma de mi madre, donde debíamos contar y verificar que todos los juguetes estaban completos, pero esto nos enseñó a cuidar, apreciar las cosas y respetar las normas. Quizás por eso quise estudiar “Administración de Empresas”.
También había un pipote, así lo llamábamos, donde estaban las muñecas y “Barbies”. Disfrutábamos haciéndoles ropa, mi madre nos ayudaba en confeccionarla y tenerlas a la moda en todo momento, quizás esto motivó a mi hermana a estudiar “Diseño de modas”. También jugábamos a las metras dentro de casa con los muchachos, así le decíamos a mis tres hermanos.
Había también bicicletas, patines, patinetas, nunca nos faltó un buen juguete para jugar, y además de todos los juegos tradicionales que disfrutábamos con los amigos del edificio. Me costó entender que esta fase se tenía que terminar, que debería crecer dando paso a la corta adolescencia que viví.
Leo
Posted at 15:31h, 11 diciembreEsos juguetes me hacen recordar a ricardo, ya debe ser un hombre, casado y con hijos. El iba a la casa y jugaba con las casitas, las arreglaba cuando se iba y las dejaba ordenadas. Finalmente, cuando mis niñas crecieron, las casitas se las regalamos a una vecinita, y las barbys se llevaron para las niñas del barrio pobre