(1993) UN ÁNGEL EN MI VIDA

(1993) UN ÁNGEL EN MI VIDA

Deja que un ángel cambie tu vida… Hay momentos en la vida en los que uno cree que nunca descubrirá el verdadero amor de las personas que se cruzan en su camino. Por inmadurez o por dejarse influenciar por otros, uno puede pasar por alto señales cruciales y no percibir lo que es obvio para el corazón. Deja que un ángel cambie tu vida, y esto fue precisamente lo que me ocurrió.

Justamente, la chica con la que nunca crucé una palabra en el liceo, a la que dejé de lado debido a chismes y malentendidos, se convirtió en una pieza fundamental de mi vida. En aquellos días aún en la escuela, nuestras miradas se cruzaba, alimentado malos entendidos por rumores que nunca me molesté en confirmar. Evitábamos encontrarnos a toda costa, como si nuestras presencias en el mismo lugar fueran una provocación para el destino.

Pero, las vueltas que da la vida son impredecibles. En el año 1993, el destino me llevó a mudarme justo enfrente de la casa de aquella chica. Cada día era un ejercicio de esquivar su presencia, consciente de que me conocía por haber estudiado con su hermano mayor. Lo último que deseaba era saludarla, sin imaginar que ese simple gesto de cortesía sería el primer paso hacia una transformación profunda en mi vida.

Un día cualquiera, mientras iba al supermercado, ocurrió lo inevitable. Por estar distraída supervisando a mis hijos, tropecé con ella. Quería desaparecer en ese momento. El destino, sin embargo, tenía otros planes. Nos vimos obligados a saludarnos y, para mi sorpresa, ella estaba acompañada de una niña de la misma edad que mis hijos. Ese encuentro fortuito fue el comienzo de algo inesperado.

Nuestros hijos se volvieron inseparables y, cada tarde, cruzábamos la calle con ilusión para compartir momentos de diversión. Sus anécdotas, su alegría y su presencia se convirtieron en un bálsamo en mi vida, un paréntesis de felicidad en medio de una vida que nunca debí aceptar.

Ella, con su bondad y sabiduría, me enseñó cosas que para otros pueden parecer obvias, pero que para mí en esa época fueron reveladoras. Me mostró que podía ser feliz, con una simple decisión, que tenía un futuro que yo misma podía forjar, y que estaba en mi poder ser auténtica.

Deja que un ángel cambie tu vida.

Quizás ella nunca se dio cuenta del impacto que tuvo en mi vida. Quizás nunca pude devolverle todo lo que ella me dio. Sin embargo, estoy convencida de que Dios se encarga de bendecir a los ángeles.

Gracias a ese ángel, hoy soy feliz.

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